Antonio López no abandona la idea de convertir la Basílica del Pilar de Zaragoza en escenario de su proyecto más ambicioso. A punto de cumplir 76 años, el artista español más cotizado del siglo XXI pretende pintar al fresco una de las bóvedas del templo en el que Francisco de Goya consagró su magisterio en 1771. La obra de López costará unos dos millones de euros y su realización podría prolongase durante tres años.

Desde la Fundación Arte y Gastronomía, que coordina la gestión del proyecto, se asegura que Antonio López continúa “muy interesado” en la intervención de la Basílica del Pilar, a pesar de que el Arzobispado de Zaragoza rechazó dar vía libre al proyecto a la vista de un boceto que ni siquiera había elaborado el artista manchego. Ahora dedica “algunos ratos libres” a esbozar de su propia mano la “gigantesca” pintura con la que pretende representar a la Virgen María en una de las cúpulas, y a la maqueta que ayudará a los canónigos zaragozanos a imaginar cómo quedaría dejabo de ella el grupo escultórico que representaría a los fieles cristianos.

“Será algo que corresponda a nuestra época", porque "no se puede volver atrás en la Historia”, ha dicho Antonio López. Una de las esculturas miraría hacia el techo de la basílica para poner en contacto “el mundo espiritual y el terrenal”. Todo ello bajo una cúpula situada entre el coro y el altar mayor, una zona en la que "se logra cierto misterio para que pueda ocurrir ese milagro, esa comunicación de las personas de bronce con lo espiritual".

El coste de la intervención artística, cuya idea comenzó a pergeñarse en 2007, se financiaría por suscripción popular, según explica María Luisa Safont, gerente de la fundación patrocinadora del proyecto. Safont describe la idea como "algo para el pueblo que saldrá del pueblo", y para aumentar la recaudación de fondos, planea reservar un espacio en la basílica para mostrar los detalles del proceso creativo. A cambio, los visitantes pagarían un euro. Pero la mayoría de los gastos correrían por cuenta de un coleccionista anónimo que dice estar dispuesto a aportar una importante cantidad a cambio del boceto realizado por Antonio López.

El artista, que actualmente se encuentra enfrascado en la terminación de un retrato de la Familia Real española que comenzó en 1997, considera "una experiencia extraordinaria" su proyecto para El Pilar de Zaragoza, del que ya habló personalmente con el arzobispo de la ciudad. En él encontró una actitud de "ilusión y apoyo", según ha explicado en diferentes ocasiones, cosa que es de agradecer en estos tiempos en los que "casi no hay espacio para el Arte religioso contemporáneo”.